lunes, 2 de febrero de 2009

¿LIBERTAD?

Uno de los argumentos que diríamos fuertes del libro es el de que el neoliberalismo está basado en una noción de libertad que no sólo es completamente contradictoria, sino que también es falaz, puesto que le otorga a la libertad económica la absoluta supremacía sobre todas las demás libertades, especialmente las libertades específicamente humanas, como pueden ser el deseo de vivir en un mundo justo, el de tener un aire más limpio o el de aspirar a una sociedad menos consumista. Son cada vez más los atropellos que se cometen en nombre de la libertad. Veamos algunos pasajes del libro en relación con esto:
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AAAALo que ha hecho el neoliberalismo con la noción de libertad ha sido vaciarla de todo contenido humano y ponerla al servicio, de modo exclusivo y excluyente, de los intereses económicos privados; esto es, convertirla en un arma de los fuertes para someter a los débiles. La libertad, en una burlesca contradicción, se transforma en el instrumento privilegiado para hacer esclavos. Que la libertad de los lobos significa la muerte de los corderos es algo meridianamente claro; lo que resulta humillante es que se nos quiera hacer creer que la libertad de los lobos aumenta la libertad de los corderos, y que si estos mueren será por no haber sido capaces de vestir la piel de lobo con determinación y presteza. Para legitimar esta absurda noción de libertad lo único que se requiere es que haya unas cuantas pieles de lobo esparcidas por el bosque y que todos los corderos tengan la posibilidad de luchar en igualdad de condiciones para intentar conseguir alguna....

AAAAAun cuando consiguiéramos salir airosos de la encrucijada ecológica que amenaza nuestra supervivencia; por mucho que las civilizaciones terminaran aliándose y el terrorismo y las guerras dejaran de suceder; si la historia hubiera llegado a su fin como afirma Fukuyama o hubiese perdido su razón de ser, como nos dice el posmodernismo... ¿Se imaginan un mundo parado en un punto en el que la lucha por la vida ha anulado toda conciencia de humanidad compartida, toda capacidad de encontrarse en el «otro» y saber de sus alegrías y sus miedos? ¿Se imaginan un mundo donde ha desaparecido todo atisbo de solidaridad y empresa común?; ¿un mundo en el que hay que estar en constante alerta; sin otra ocupación que la de descargar golpes a diestro y siniestro para subir al tren de los incluidos, o para no ser apeado de él?; ¿un mundo en el que se es víctima o verdugo, pero nunca se es neutral, porque no hay espacio para la retirada? Y así por los siglos de los siglos; generación tras generación; para ti y para tus hijos, y para los hijos de tus hijos…

AAAA¿Y a cambio, qué? ¿Una que otra piel de lobo escondida en la maleza para, si soy capaz de encontrarla y disputarla con éxito, empezar a ser como ellos, poseer lo que ellos poseen, vivir como viven? ¿Perder mi libertad para abrazar su esclavitud? Si es ese el premio, aunque no tuviera que traicionarme a mí mismo ni luchar con nadie para conseguirlo, se lo pueden guardar.

AAAA...el rasgo distintivo del neoliberalismo es que pone todo el énfasis en la libertad para enriquecerse (a la que eufemísticamente llaman libre comercio). ¿Pero qué nos mueve a hacernos ricos?; ¿qué nos lleva a seguir acumulando bienes más allá de los necesarios para satisfacer las exigencias de una vida digna? Únicamente el instinto de territorialidad y poder que arrastramos desde formas arcaicas de existencia. A pesar de todos los ropajes sociales y culturales que se les pongan, las conductas encaminadas a la adquisición y acumulación de bienes materiales no son más que la expresión externa de nuestro afán de dominio y posicionamiento en el grupo. Es, por tanto, a los más descarnados instintos a quienes entregamos la dirección de nuestros asuntos cuando apostamos por el libre mercado. No hay, en realidad, mayor esclavitud que ese todos contra todos que nos devuelve a la selva y le entrega todo el control a lo que de animales aún conservamos, que no es poco.

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